Esta ciudad está tomada por los
dragones. A falta de caballeros y princesas, dragones hay en cada esquina, al
menos en el centro. Son coloridos y simpáticos, te los encuentras en los
lugares más inesperados y cada uno tiene
su propia personalidad. Está el periodista que lee en la bañera el periódico
local; el culto que está delante de la librería, gafas y libro incluido; el que
representa a los trabajadores de urgencias del 112…
De hecho cada año, con la llegada del
buen tiempo, los dragones son renovados y presentados en la Drakparaden, una
especie de desfile con diferentes actividades para grandes y pequeños. Suele
ser en el mes de mayo, hay alrededor de una treintena de empresas que son las
propietarias de los dragones y encargan a diferentes artistas crear una nueva
temática para ellos. Por eso cada dragón promociona diferentes aspectos de la
ciudad o de empresas de la zona. El público vota sus favoritos y los elegidos
animarán las calles de la ciudad durante el verano.
Pero ¿qué relación tiene Sundsvall con
los dragones? Con los dragones en sí, ninguna, pero aquí son un símbolo
vinculado a la historia de la ciudad, representado a través del fuego. Y
es que esta ciudad, cuando corría el año
1888, sufrió un terrible incendio que la dejó reducida a cenizas. Literalmente.
No era la primera vez que Sundsvall ardía, también lo hizo un siglo antes
cuando los rusos le prendieron fuego pero nunca hasta entonces lo había hecho
con tanta violencia y destrucción. Dicen que fue el mayor incendio visto en
Suecia. Hay que tener en cuenta que en la época era común que las ciudades
estuvieran construidas principalmente en madera. Pura estopa. Más de 9.000 personas fueron desalojadas y se
quedaron sin hogar. Sin embargo, esta
misma desgracia permitió que la ciudad se creciera en la adversidad y gracias a
la colaboración de algunos de sus ciudadanos más ricos de la época, que
trajeron a renombrados arquitectos del país, fue reconstruida desde los
cimientos, esta vez en piedra. Y se convirtió así en la primera ciudad en
Suecia construida en este material. Algo que en principio puede llamar la
atención y parecer contradictorio puesto que una de las grandes industrias de
la zona es precisamente la madera. Desde entonces ellos están orgullos de esta
pequeña revolución urbana, pues no se conocía una ciudad construida en piedra
tan al norte del continente europeo. Por
eso la arquitectura de sus edificios es tan
uniforme y sus edificios de estilo renacentista están tan bien conservados,
de hecho a la zona del centro, al corazón de la ciudad, se le conoce en sueco como stenstad, el “pueblo de piedra”.
Para que nadie olvide el origen de la
ciudad tal y como se conoce hoy día, los dragones toman las calles y hacen las
delicias de los más pequeños. Estas criaturas también han sido fuente de
inspiración, por ejemplo, para crear la “S” del logotipo de la ciudad y dar nombre al club de
baloncesto profesional de la ciudad, los Sundsvall Dragons. El pasado llena de vida el presente. Y si
miras al cielo de la plaza principal (stora torget).En lo más alto del edificio
conocido como Hirschska huset, un ave fénix vigila sus calles y le cuenta al
viento las viejas historias de cómo Sundsvall renació de sus cenizas.
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