23 nov 2013

Despidiendo el otoño en Norra Berget


"Mañana tendréis una 'ola de calor' en Sundsvall" me dijo mi padre el viernes de la semana pasada. Y así fue, el sábado amaneció con un sol brillante y una temperatura más que agradable. Nueve grados marcaba el termómetro en Sundsvall mientras, por ejemplo, en Madrid estaban a ocho. Hace cierta gracia que mientras todo el mundo supone que aquí estamos pasando mucho frío resulte que en España tengan temperaturas más bajas y buena parte de la geografía española esté nevada cuando aquí la nieve sigue resistiéndose a hacer acto de presencia. Así que creo que el fin de semana pasado despedimos definitivamente al otoño. Y yo pude aprovechar ese cálido e inesperado día en uno de los rincones más bonitos de Sundsvall, Norra Berget (la montaña del norte). Mi amiga Suzana me propuso pasear por allí y fue una gran idea. Suzana es una de esas personas con las que conectas a la primera, es serbia pero lleva ya muchos años en Suecia y quiere aprender español, ese ha sido nuestro punto de encuentro. Así que una vez a la semana nos reunimos y le enseño el idioma mientras ella me va introduciendo en los vericuetos de la vida sueca. El sábado, mientras subíamos hacia la parte más alta de Norra Berget me iba contando cosas sobre la ciudad y el museo al aire libre que se encuentra en este bosque. 


Y así, con un español salpicado de sueco y un poco de cansancio acumulado tras la subida, llegamos al museo, una zona del bosque donde puedes ver antiguas viviendas y construcciones (unas 40) que hace siglos estaban repartidas por el Medelpad y ahora se concentran en esta zona. Una iglesia medieval, réplica de una de Liden, en cuya puerta se conserva el lugar donde se encadenaba a los bandidos de la época para escarnio público (tal y como Suzana hace en la foto); una vieja casa de madera que recuerda la historia de su dueña: una mujer que se negó a abandonar la ciudad de Sundsvall ante la inminente invasión de los rusos allá por el siglo XVIII y que se mantuvo firme y ganó su propia guerra personal cocinando para los soldados rusos, que en agradecimiento le permitieron conservar su hogar; y otras muchas historias. 


En los alrededores hay un restaurante (Restaurang Grankotten) junto a un espectacular mirador y una torre (Utsiktstornet) de 20 metros de altura donde los valientes pueden subir para tener una vista panorámica de la ciudad y que el sábado pasado estaba cerrada; un par de museos con productos típicos y artesanales de esta parte de Suecia y un gran descubrimiento, una pequeña cafetería en una antigua casa cuyo interior parece sacado de un libro de cuentos: solo dos habitaciones acogedoras y a la luz de las velas, con el suelo cubierto de alfombras, ventanales con pequeñas lámparas y macetas, una gran chimenea y pequeñas mesas repartidas por aquí y por allá. Recuerda a las casas de nuestras bisabuelas y para que todo sea acorde con el ambiente un detalle importante: el servicio. Abuelitas de Sundsvall que de manera voluntaria atienden el local y completan una estampa deliciosa. Casi tanto como la especialidad de la casa: gofres (våfflor) con nata y un café calentito, que tú mismo sacas del termo después de coger tu taza del "armario de la abuela". En realidad, el Café Gesällen fue antiguamente un lugar de encuentro de los jornaleros y ahora se ha convertido en una cafetería con mucho encanto tanto por su entorno como por sus pasteles caseros.Broche de oro para terminar la jornada. 


Ya había tenido ocasión de pasear antes por Norra Berget pero no esta parte de bosque hacerlo mientras te cuentan su historia especial, son precisamente las pequeñas historias las que le dan vida propia a un lugar y te hacen mirarlo de una forma distinta. Nueve grados, un bonito sol luciendo en el cielo, un largo paseo, una animada charla café en mano y un móvil para hacer fotos que no hacen justicia al encanto del sitio. Ha sido una buena despedida del otoño ;D.

PD. Un par de fotos más de construcciones antiguas que se pueden encontrar en este museo al aire libre y que hice en verano con la cámara para compensar un poco. Me despido con una imagen del río de Sundsvall hasta otro día...¡ya de invierno! ;D.  




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