26 ene 2014

Sobreviviendo a 21 grados bajo cero... ¡ahora sí llegó el frío!


Más de un mes sin aparecer por aquí y reconozco que me ha costado volver a escribir. Me ha faltado tiempo y confieso que también las ganas. Después de unas largas vacaciones de Navidad en España la vuelta ha sido agridulce. Porque si difícil es irse más difícil es aún volver y más si sabes que lo haces en momentos en los que haría falta que te quedaras con los tuyos. Porque si el 2013 no ha sido un año especialmente generoso, el 2014 ha empezado con males y despedidas inesperadas. Pero no es de eso de lo que toca hablar, sino de algo más agradable, de la nieve, el frío y los nuevos proyectos

Después de un invierno sorprendentemente suave, por fin ha llegado realmente la nieve y las temperaturas extremas a Sundsvall. Hasta ahora había pasado más frío en España que aquí pero... el viernes pasado cambiaron las tornas. La culpa la tuvieron los... ¡21 grados bajo cero! con los que nos despertamos y que nos acompañaron durante todo el día y, por supuesto, la ley de Murphy no falla: fue un día que tuvimos que pasar mucho tiempo en la calle. ¡Pues nada!... ya sé lo que es el frío sueco: intentar no dejar al aire ningún centímetro de piel, no saber si es peor respirar por la nariz o por la boca porque el aire duele cuando entra en tu cuerpo, que tu nariz moquea irremediablemente y tú sufres pensando que tienes que quitarte un guante para coger un pañuelo, o que tu bufanda se empape porque el vaho de tu respiración, al contactar con ese aire gélido, la deja completamente mojada.  

Lo bueno es que ha sido solo un día. Después hemos vuelto a la normalidad, que quiere decir que rondamos los -10 y eso es bastante llevadero (¿quién me iba a decir que diría esto?). Aquí pongo algunas fotos de estos días de nieve. Creo que aquí había mucha gente esperando que hiciera acto de presencia. Sin nieve no pueden esquiar, los niños no pueden jugar, los días son más grises... y sienten que les falta algo. Por cierto que en la primera imagen, ¡se ve el río congelado!





Por lo demás, la gran noticia es que por fin he empezado a trabajar. Serán apenas unas horas a la semana y no me a sacar de pobre pero todo es empezar ;D. Y además trabajaré de lo que me gusta, enseñando español. De momento como lengua materna, es decir, a niños de origen español o latinoamericano a los que el estado sueco les ofrece la oportunidad de seguir estudiando español para que no pierdan el contacto con su cultura. Modersmålsundervisning lo llama en sueco. Va a ser emocionante. Y también un poco estresante... porque si antes me quejaba de tener demasiado tiempo libre ahora ya escasea :S. Si los comienzos son siempre complicados, en un país extranjero las dificultados se triplican. Cualquier tarea te exige un esfuerzo extra: el idioma es "el gran problema". Comprender y hacerte entender en sueco es un gasto de energía importante... un simple email que en español te toma 5 minutos, en sueco me requiere una hora. Y si recibes y envías varios al día terminas agotada. Es ahora cuando estoy empezando a sufrir las dificultades del sueco porque ya no me queda más remedio que utilizarlo. La parte positiva es que aprendes a marchas forzadas. Y con un poco de suerte, el mes que viene haré la Nationella Prov, una especie de examen para pasar de nivel :D.

Me despido con una foto que tomé en el patio del colegio donde fui a conocer a mis primeros alumnos.