15 dic 2013

Santa Lucía ilumina Suecia


Cuando salí de casa esa mañana mi calle estaba llena de velas, bueno más bien eran unas especie de lámparas de aceite que aquí utilizan en los exteriores. En ese mismo momento en los colegios de todo el país se escuchaba la canción de Santa Lucía. Era 13 de diciembre y aquí en Suecia ese es un día especial. Será por la obsesión de llenar de luz su largo y oscuro invierno (aquí ya anochece a las 14.30 h.) o bien por el apego a las tradiciones, pero lo cierto es que todas las ciudades se vuelcan con la celebración de Santa Lucía.

Aquella santa italiana que murió por defender su fe cuando el cristianismo estaba prohibido en el Imperio romano nunca hubiera imaginado que siglos después se la recordaría de esta manera. Según cuentan, el día de su muerte era la noche más larga del invierno, algo que cambió con el calendario gregoriano, pero que se sigue celebrando siglos después como el triunfo de la luz frente a la oscuridad del antiguo solsticio de invierno. No es de extrañar en un país que apenas tiene seis horas de luz al día en estas fechas. De hecho, cuando los días comienzan a acortarse, en las entradas de las tiendas se ven velas y lámparas de aceite. También dentro de las casas la gente utiliza muchísimas velas, este debe ser el país con el mayor consumo de velas del mundo ;D. Pero volvamos al tema...



Las niñas van al colegio vestidas con una larga túnica blanca solo adornada con un cinturón rojo y sobre la cabeza llevan una corona con siete velas. Cada colegio y municipio elige su propia Santa Lucía, que ese día será la portadora de la luz. También se elige una Lucía nacional, precedida de su correspondiente competición que se sigue por televisión. Este día, todas las lucías, van arropadas por stjärngossar, unos chicos con unos gorros en forma de cono alargado cuajados de estrellas, tomtar (pequeños gnomos) y mis favoritos, los pepparkaksgubbar, unos hombrecillos de galleta de jengibre. Durante los días previos en muchas tiendas puedes encontrar este tipo de disfraces para los más pequeños. Es también el día de los bollos de azafrán de los que ya he hablando otras veces. 

Los padres asisten a las actuaciones de los niños en los coles y nuestra escuela no fue menos. Cuando en el descanso salí de clase, me tropecé en el pasillo con una comitiva muy especial. Mi antigua profesora era Santa Lucía y, acompañada de otros compañeros de la escuela, recorría la escuela cantando las canciones típicas de este día. Aquí dejo un pequeño vídeo donde se puede ver un poquito del momento en el que pararon en la cafetería. Creo que hay que agradecer el gesto, por agradable, por simpático y por hacernos partícipes de esta celebración a los extranjeros que llenamos cada mañana sus aulas.  



Ya por la tarde, nos acercamos a la iglesia Gustav Adolf que hay en el centro de Sundsvall, donde había un concierto de Navidad con la Santa Lucía local. La iglesia estaba llena y apenas podías ver el altar pero mereció la pena.






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