Cuatro meses después podemos decir que ahora
somos personas en Suecia. Y eso se merece una gran sonrisa ;D. Antes éramos algo difuso, como unos individuos
invisibles para el Estado y por tanto, para cualquiera de los servicios básicos
que te hacen falta en el día a día. Cuentas bancarias, contratos de alquiler,
electricidad o de móvil, gimnasio, clases de sueco… todo se quedaba en suspenso
ante la pregunta mágica: ¿tienes personnummer? Hasta el punto de vivir
obsesionados con el dichoso número y hacer una fiesta cuando nos llegó la famosa carta. Para el recién llegado a Suecia este es el
gran escollo, todos los trámites burocráticos previos y posteriores a la
llegada a este país tienen como meta conseguir esas cifras mágicas que te abren
las puertas del sistema.
Ahora es un buen momento para hacer un repaso de
todos los trámites que hemos tenido que solventar hasta llegar hasta aquí.
Paso
previo: Exportación del paro. Cuando estás cobrando la prestación de desempleo, como es mi
caso, no puedes viajar al extranjero pero sí lo que quieres es trasladarte a otro
país de la Unión Europea en busca de nuevas oportunidades laborales tienes
derecho a solicitar la exportación del paro. De esta forma, podrás seguir
cobrando la prestación durante tres meses (supuestamente prorrogables tres
meses más) siempre que acredites que estás buscando trabajo. ¿Cómo se acredita
esto? Hay que realizar la solicitud a través del SEPE (Servicio Público de
Empleo Estatal) y entregar el famoso Formulario U2 en la Oficina de Empleo
de tu país de destino. En el caso de Suecia se llama Arbetsförmedligen, allí te registrarás como demandante de empleo, te orientan con la búsqueda y notifican a España que buscas trabajo en este país. Una vez presentado el
formulario U2 hay que visitar a la Seguridad Social para que te prepare un
documento que acredite que estás cubierto por la Sanidad española durante esos
tres meses (si estás en paro, no tienes derecho a la Tarjeta Sanitaria
Europea). Según la ciudad española en la que hagas los trámites tendrás que
dirigirte a una oficina o a otra. En mi caso, como lo hice en Madrid, la
oficina que visité del SEPE fue la dirección provincial (en otros casos hay que
hacer la gestión a través de las oficinas locales) y fui a la oficina de la Seguridad
Social más cercana. Aún así, tuve que ir varios días y teniendo en cuenta que las
distancias en Madrid son grandes y los tiempos de espera largos, supuso perder (o invertir, según se mire) al menos tres
mañanas completas.
Paso 1. Todos los ciudadanos de la
Unión Europea tienen facilidades para moverse por los países de la Unión pero
a la hora de establecerse como
residente cada uno tiene su propia normativa. En Suecia, como en la mayoría de
los países, un contrato de trabajo bajo el brazo te abrirá todas las
puertas. Otras opciones son venir
como familiar de alguien que tiene aquí empleo o demostrar que, aunque no
tienes empleo, dispones de recursos suficientes para mantenerte (es decir, que
no vas a ser una carga para el Estado). Migrationsverket
(la Oficina de Inmigración) y Skatteverket
(la Hacienda sueca) son las próximas paradas.
Paso 2.
Registro en Skatteverket. En busca del personnummer. En nuestro caso, como uno
de los dos venía con trabajo, este trámite debía ser fácil. Por diferentes
motivos, no siempre achacables a la burocracia sueca, nosotros tardamos algo más de dos meses en tener la documentación necesaria en regla para el registro; a saber, el
contrato de trabajo. Hay que rellenar el formulario correspondiente, adjuntar
una copia del contrato de trabajo y, en nuestro caso, aportar documentación que
pruebe que vivimos juntos (sambo lo
llaman aquí), por ejemplo, facturas a la misma dirección.
Lo bueno de la Hacienda sueca y en general de
todas las instituciones estatales de este tipo es que no están tan saturadas
como en España. En apenas 5 minutos te atienden (al menos aquí en Sundsvall) y a nosotros nos ayudaron en
todo momento a traducir al inglés
los formularios que están en sueco y respondieron a nuestras dudas amablemente.
Ninguna queja en ese sentido, más bien todo lo contrario, sorprendidos por el buen trato y la ayuda recibida.
Si está todo en regla, alrededor de un mes
después recibes la carta correspondiente con tu número de identificación sueco. El estado sueco te
da la bienvenida, puedes acceder a los servicios básicos, formar parte del
sistema y, por supuesto, pagar los correspondientes impuestos. Ahora toca
volvera a la oficina de Skatterverket para rellenar unos impresos para Försäkringskassan, que es algo así como
la Seguridad Social.
Paso 3.
Registro en Migrationsverket. Al principio, por la información que leímos en internet, pensábamos que este trámite debía ser anterior al
registro en Hacienda pero allí nos dijeron que también podíamos hacerlo después. Así que al
día siguiente de nuestra visita a Hacienda, nos tocó pasarnos por Migrationsverket. Como
ciudadano de la UE tienes derecho a trabajar en el país durante 3 meses sin permiso
de trabajo, pero si vas a superar ese periodo tienes que registrarte (tanto el
trabajador como los miembros de la familia que lo acompañen). La Oficina de
Inmigración está un poco más animada en lo que se refiere a la sala de espera.
Se nota que a Suecia llegan muchos inmigrantes a través de la petición de asilo,
también a Sundsvall. Coges el número, esperas unos 10-15 minutos y entregas la solicitud de registro en inglés (que previamente has pedido allí mismo), otro formulario firmado por la empresa que te contrata y que detalla tus condiciones laborales, y todo los documentos que acrediten que vienes con miembros
de tu familia (licencia de matrimonio, registro de pareja de hecho, facturas,
cuentas bancarias conjuntas…).
En resumen, los trámites burocráticon son
siempre una pesadilla, independiente del país del que hablemos. Aquí en Suecia
se te abrirán las puerta si vienes con un contrato de trabajo (y no todas
porque, por ejemplo, el tema de vivienda será un gran problema pero eso merece
un post independiente). Si este es el caso y todo va bien, tardarás un mes en tener tu personnummer. Si
vienes como familia de la persona que está contratada también suele ser fácil.
Ahora bien, venirse a Suecia a la aventura, sin trabajo, sin alojamiento, sin conocer a nadie o sin un colchón económico es, desde mi punto de vista, una locura.
Nos ha costado la misma vida que nos alquilaran un piso (de hecho la empresa tuvo que ayudarnos) y hemos tenido que
sortear tantos problemas (viniendo de la forma fácil: con uno de los dos
trabajando) que no quiero ni imaginarme lo que puede ser hacer todo este recorrido
partiendo de cero. Ha sido largo, difícil y a ratos desesperante pero... ¡ya hemos avanzado mucho! Aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que hayamos terminado: solicitar un DNI sueco, cambiar la matrícula del coche para poder hacernos un seguro sueco (el español solo te cubre si eres turista pero no si eres residente en el extranjero) y algunas otras cosas más nos quedan en la lista... pero al menos cada vez es más corta ;D.