Te
tropiezas con ella casi por casualidad pero una vez descubres para qué es no
puedes dejar de pensar en ella. Esa extraña caja de la foto no falta en ningún
aparcamiento al aire libre en Sundsvall. Y a nosotros, que no teníamos ni
aparcamiento ni por tanto cajita, nos ha quitado el sueño en las últimas
semanas.
Su función
es sencilla, ahí se conecta el coche para que cuando la temperatura caiga en
picado el motor de tu coche no muera en el intento de calentarse y arrancar. Es
lo que aquí llaman motorvärmare. Aquí los coches están normalmente preparados
para sobrevivir a los duros inviernos y tienen instalados el motorvärmare que,
a su vez, necesita acceder a la corriente eléctrica para funcionar, de ahí la
famosa cajita de la foto. Ahí es donde
se “enchufa” el coche por la mañana, una vez hayas limpiado la nieve y el hielo
que tenga encima, claro. ¡Qué divertido va a ser aquí el invierno! Por eso,
las zonas de aparcamiento privado están dotadas con estos cacharritos y hay gente que
vive en casas unifamiliares y lo tienen también preparado para darle un poco de
vida al motor helado.
La cuestión
es que aquí no es nada fácil encontrar una plaza de aparcamiento. A veces te la
ofrecen con el piso de alquiler pagando una cantidad extra pero en nuestro
caso, lo único que nos ofrecieron fue una lista de espera para acceder a alguna
de las plazas que tenemos en frente de nuestro bloque. Espera que te espera y
nada. Bueno, puede pensar alguno, pues aparcas en la calle y ya está… Pues no,
resulta que aparcar en la calle nos cuesta 10 coronas al día (algo más de un euro), y gracias que
estamos al otro lado de la vía del tren y no en pleno centro, que si no sería 10 coronas
la hora. Al mosqueo de pagar por tener
tu coche en la calle (una especie de zona azul pero sin tarjeta para
residentes) hay que sumarle que tienes que estar pendiente de dos cosas muy
importantes: cambiar el ticket (y evitar la multa) y tener siempre a mano monedas. Esto ha sido una especie de psicosis:
sábados por la mañana corriendo adormilados escaleras abajo para cambiar el
dichoso papelito; y una auténtica obsesión con las monedas. Aquí se paga casi
siempre con tarjeta y teniendo en cuenta el ritmo de monedas que necesitamos,
estábamos siempre a la busca y captura.
Olvídate de
encontrar fácilmente una plaza de aparcamiento, al menos aquí en Sundsvall. No hay
anuncios de particulares ni empresas con las que contactar. Tan solo encontramos que el
Ayuntamiento tiene algunas opciones de larga estancia pero en nuestro caso,
demasiado lejos de casa. Conforme el
tiempo iba refrescando y las semanas pasaban nos hemos empezado a agobiar
pensando en el invierno. ¿Cuántas probabilidades hay que de que el coche,
después de un día a la intemperie, digamos a menos 30 grados, se niegue a arrancar?
Bastantes, diría yo. La buena noticia es que casi cuatro meses después ¡tenemos
un aparcamiento!, que además está cerca y que podemos renovar mes a mes acudiendo al
hotel que lo utiliza. Además, es un aparcamiento
subterráneo acondicionado para que nuestro coche esté bien calentito y por
tanto, parece que no nos hará falta de momento instalar el famoso motorvärmare en el coche.
P.D.1. Como aún no ha llegado la nieve por aquí no he podido hacer fotos del motorvärmare en acción. Pongo una foto de la wikipedia, no es muy buena pero sirve para ambientarnos ;D
P.D.2. Siguiente tarea de la lista: poner las ruedas de invierno. Aquí es obligatorio circular con ellas desde el 1 de diciembre hasta el 31 de marzo pero es recomendable no apurar hasta diciembre, lo normal es que la nieve y las heladas lleguen bastante antes. Por aquí ya hay alguno circulando con ellas pero de momento son minoría.